Melilla se enfrenta a gravísimos problemas para los que necesita de la comprensión y apoyo del Gobierno Central, además de una reorganización de los recursos con los que ya cuenta la propia ciudad porque son mal gestionados por el gobierno local y una reordenación de las prioridades que marcan la acción de este último gobierno.
Resulta cuando menos curiosa la visita a la ciudad del Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Sr. García-Margallo, para hablar de la “marca España” y firmar acuerdos con la Ciudad Autónoma de Melilla sobre diversas “casas” que dependen de su Ministerio.
En definitiva: buenas palabras, deseos y voluntades compartidas, halagos mutuos innecesarios y, lo más lamentable, ausencia de respuestas para los problemas reales a los que se enfrenta Melilla: una ciudad con una tasa de paro del 32%, que si la referimos a jóvenes menores de 26 años alcanza un 61% de los dispuestos para trabajar; en la que cerca de 3.800 desempleados están sin trabajar desde hace más de dos años; donde la tasa de riesgo de pobreza supera ampliamente el 30% de la población.
Todo lo anterior sin obviar aquellos asuntos que más debieran preocupar al responsable de los asuntos exteriores de España: el continuo flujo de inmigración ilegal proveniente del vecino país, que sólo en 2012 ha supuesto 28 asaltos a la valla, y cerca de 500 entradas de inmigrantes, un 770% superior al año anterior; o las pedradas y vejaciones que han recibido las fuerzas de seguridad del estado españolas que prestan sus servicios en la frontera; o la inexistencia de mar territorial de España correspondiente al territorio nacional en Melilla, por no hablar de la zona económica exclusiva que le correspondería pero que los sucesivos Gobiernos de España «olvidan» reclamar, por no hablar del espigón del puerto marroquí que -como cosa inaudita en las relaciones internacionales- se adentra con el mayor descaro en el territorio español en Melilla; o la apropiación indebida por parte de Marruecos de la zona neutral entre ambas fronteras prevista en los Tratados suscritos entre ambas naciones; o las deficiencias y retenciones en el tráfico fronterizo; o la devolución del brazo de la estatua de Pedro de Estopiñán, sustraído por marroquíes, localizable en Marruecos y mostrado por sus autores al Ministro de Cultura marroquí.
Claro. De todo lo anterior, de los problemas prácticos y de las soluciones posibles no interesa hablar. Mejor seguimos adoptando la postura del avestruz ante ellos. Es más cómodo piropearse mutuamente, salir en los medios hablando de entelequias y dejar las soluciones para el próximo que venga, que espero que, al menos en Melilla, no tarde en producirse el relevo. Debo decir que más que una visita del Ministro de todos los españoles ha sido una visita de un Ministro del Partido Popular en clave electoral y en beneficio no de la totalidad de los melillenses, sino del PP del Sr. Imbroda en Melilla y sus miembros más destacados que viven todos ellos en el mismo ambiente en el que se ha producido el viaje: alejados de la realidad y preocupados de sus intereses particulares. La prueba más evidente y lamentable es el informativo de TV Melilla -más Tele-Imbroda que nunca- del dia 29 de julio. Pues bien: ¡Muchas gracias por la visita, Sr. Ministro, y que le aproveche!
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